PÉREZ MEILÁN EN SARGADELOS
Por Juana P. Luna
La Voz de Galicia, 05.08.2013
El pasado viernes, y en la galería Sargadelos de Ferrol, fue inaugurada la
exposición titulada De memoria de la pintora coruñesa Ánxela Pérez Meilán. La
muestra está formada por veintiocho piezas elaboradas con diferentes técnicas
como el collage o la acuarela sobre papel e incluso técnicas mixtas sobre
lienzo y tabla. La temática de las obras es fundamentalmente el paisaje, aunque
de ves en cuando la figura humana aparece integrada como parte de esa
naturaleza. Tan solo en una de las obras, concretamente en El Secreto, el
protagonismo lo tienen tres cabezas humanas que parecen nacer del suelo como si
de árboles copudos se tratara, enormes y llamativos entre pequeños pinos,
pájaros y terrenos labrados. En sí mismas, estas cabezas me recuerdan al
Sertecio de Paul Klee, y del mismo modo que este, como grandes máscaras
primitivas parecen inundar el cuadro, hasta querer salirse de él.
El tratamiento de la perspectiva del paisaje así como la utilización del
color, incluso el tipo de collage utilizados nos remite al universo que Klee
manejaba en sus obras de los años veinte, momento en donde la figuración tenía aun un papel de peso en su obra para abandonarlo progresivamente en los años treinta en donde la abstracción cobraría un papel mucho más importante. En este punto, a medio camino entre lo figurativo y lo abstracto se encuentra nuestra autora, así la naturaleza, el paisaje, aparece estilizado, representado en su esencia por formas básicas silueteadas y pintadas de colores vibrantes. En ocasiones aparece el fondo como el de un cielo naranja o dorado, pero en sus últimas obras desaparece ese fondo para centrarse en las formas básicas que definen el paisaje, así en su obra Animal y desde una vista aérea, Pérez Meilán nos muestra una especie de poblado en el que la curva y la recta parecen ir definiendo y dibujando a través de pequeños elementos geométricos que se acoplan unos a otros como un puzzle. Encajada en este alicatado de color aparece un oscuro cuerpo femenino tumbado de modo que parece ser el protagonista, aunque a su vez pierde este protagonismo por lo brillante e intenso de todo lo que le rodera.
El modo en que la naturaleza crece en altura y anchura, el modo en que despliega sus raíces o sus ramas la flora, la forma en la que sube apoyándose en sí misma, son sucesos que aparecen representados en los cuadros de la autora, y no se trata de que la representación del hecho aparezca tal cual, si no que es en el modo de hablar de ello, en donde entendemos qué aparece representado.
La pintura de Ánxela Pérez Meilán crece y se despliega igual que lo hace una planta en la tierra, el modo de pintar, el modo en el que el pincel se desliza en la tela creando emula a la biología misma sin que por ello se convierta en una mera imitación de ella. Sutilmente la autora crea espacios que podrían o no existir, espacios que pueden estar en la tierra o en los sueños, pero espacios que conocen la tierra, el agua y el verde
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